Sólo el frío puede escuchar el grito del agua que debe transformarse en camino. El silencio que es invierno es el mismo que montaña en gritos de agua, que suda lo gritado en lodos azules, que se arrastra en paseos cotidianos y vuelve escupiendo vomitos pequeñitos.
Otra noche tarde. Otro paseo muerto.
¿Cómo decirte ven sin sonar patético?
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