20/4/08

tercer domingo de abril de 2008

Todo vuelve, como en olas que mojan pies desesperados y luego los seca en una esperanza que dura apenas nada.
Me siento solo. Sigo perdido en mi obsesión por adjudicar en los demas el don de perdonarme la vida hasta en la mas nimia relacion que establezco.
La incomprensión hiela la soledad y la hace aun mas impenetrable.

Pero si todos ansiamos lo mismo.
No es qué, ni cómo. Cuando lo obtienes ya no lo quieres, cuando lo encuentras solo te queda la busqueda y lo demas se ha ido para siempre. Y los demas se han ido para siempre.
Tememos tanto sangrar que solo intuimos nuestra sangre azul.

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